Nos evitábamos, como si nada hubiera ocurrido aquella tarde. Sin embargo, no era asÃ, porque desde ese instante, nuestras vidas cambiaron. Nunca imaginamos que algo, tan inocente, se convertirÃa en un antes y después. Durante mucho tiempo, nos mantuvimos en silencio, no querÃamos hablar; realmente, no sabÃamos cómo abordar el tema.
Nos mirábamos y esperábamos a que el otro sacara la conversación, sin embargo, la espera era en balde. Yo tuve que dejar el vecindario para irme a vivir a una ciudad más frÃa. Hoy miro a través de la ventana y hago un recopilatorio de las primeras veces de la vida. ¡Aquel fue nuestro primer beso!
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