Los ruidos toman la ciudad

Pocas palabras, grandes historias💬


Isis Hathor

Mientras ellos continuaban discutiendo, Manolita entreabrió las rejas de la panadería y, Juan, el vecino del ático, compró el periódico del día en el quiosco de Javi. En el tercer piso, se escuchaban los tacones de Lola, que estaba terminando de preparar el desayuno a los gemelos para llevarlos al colegio.

Madrid despertaba, las farolas dejaban de alumbrar y comenzaba el ritmo frenético en el centro de la capital. Un claxon de un vehículo, bastante pasado de moda, no dejaba de sonar; el grito de un conductor desesperado, se hizo notar; una bachata bailable y pegadiza, proveniente de algún bar, también se abrió hueco, entre tanto alboroto. ¡Los ruidos invadieron y tomaron la ciudad!

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